martes, 5 de junio de 2012

Cap. 1





Cierro los ojos y me pierdo en fantasía..
Intento arrancar mi dolor del pecho, que se ha clavado no sólo en el corazón, también en pulmones y costillas, impidiendo que mi respiración sea fluída, retrasando mi hora de descanso del mundo real que tanto necesito, y empiezo a llamar a mi musa muy flojito, en un espacio negro, no muy denso, sabiendo que tarde o temprano aparecerá y me recorrerá, atravesando mi cuerpo y dejando esas cosquillas que tiran de las comisuras de los labios hasta ponerlas casi a la altura de los ojos.
Aparece volando, se para frente a mí y me sonríe, acariciando mi cara con el dorso de la mano, cuando de repente se expande, triplica su tamaño una y otra vez, hasta estar completamente deformada.
Cuando salgo de mi congoja, me doy cuenta de que se ha transformado en un bosque, verde oscuro, de temperatura muy húmeda, ese tipo de bosques en los que no te hace falta imaginar criaturas porque sabes que las hay..
Musgo en las cortezas de los árboles, ranas que se oyen a lo lejos, arbustos que se mueven creando escalofríos en tu espalda, zumbidos de libérulas que revolotean alrededor de tu cuerpo marcándote un camino entre la niebla, y yo las sigo dejándome llevar por la serotonina que me produce el estar allí.
Me guían hasta un pantano, hasta una ceremonia de luces que bailan en el aire sólo para mi, mientras las ramas de los árboles les sirven de decorado y de telón, mientras el agua es un espejo que duplica el espacio real y la sensación de morir al sucumbir a tanta belleza.

De repente me doy cuenta de que mi tripa se hincha, se inflama.
Hay algo dentro de mí que no va bien...
Y caigo al suelo sin ninguna resistencia por mi parte, asustada, dolorida..

Intento calmarme, me acaricio la barriga, acompaso mi respiración con la respiración de la tierra mojada en la que estoy tumbada.. pero cada vez el dolor es más agudo, sobrepasando mi barrera, llevándome a gritar, a gemir como una bestia.
Soy la parte de la naturaleza que nunca se ve, un animal agonizando entre la maleza, en orillas embarradas, cual ser que se retira al lugar más apartado para perecer.


No puedo calmar el dolor, y el de mi pecho se une a éste como una célula arrepentida de su reproducción, que vuelve a agarrar la parte de ella que le falta con la fuerza de un tornado.
Siento que mi cuerpo empieza a sudar, gotas frías en mi frente, las piernas me tiemblan..
Mis quejidos sordos se han comido el resto de sonidos del bosque.

En una especie de vigilia, escucho unos pasos que se aproximan a mi cabeza, y esforzandome por salir de mi trance, consigo entornar los ojos y vislumbrar unas pezuñas, unas patas peludas, y un cuerpo de hombre robusto, pero mi cabeza se nubla y, simplemente, no quiero saber más.

2 comentarios:

  1. Preciosa historia, no podía ser de otra forma, para convertirte en Dríada tienes que copular con el bosque…


    (No le enseñes a todo el mundo este rincón secreto, solo a quien sepa ver las cosas que no se ven, o dejara de ser un bosque lleno de criaturas, y se convertirá en un parque publico)

    ResponderEliminar
  2. Hola! ¿Puedo pedir un poco de tu tiempo? Los invito a unirse a mi regalo Ahaishopping. Será mejor cabeza en a mi blog ahora porque sólo hay unos pocos días para enviar su entrada. Usted tendrá la oportunidad de ganar 2 piezas de ropa. Es posible que desee probar suerte.

    Introduzca IamJenniya X Concurso Ahaishopping AQUÍ.
    Visita mi blog: SOY JENNIYA

    ResponderEliminar